"El más terrible de los
sentimientos
es el
de tener la esperanza perdida"
Federico García
Lorca
El impulso vital con que se nace
persiste en la memoria estacionario
y aparece en el punto necesario
encumbrando al aliento que subyace.
Aquel llanto que expande el nacimiento,
que induce a los pulmones a la vida,
transforma en energía la abatida
esencia de ser hombre en movimiento.
Si creemos estar en un sudario
apartados de todo y solitarios,
al sentir que las almas se deshacen
y sucumben ajenas al aliento,
morará un coro de ángeles el viento
salvando en el milagro a los que yacen.
Publicado en mi libro "De snetires y sentires" 2008
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