¿Qué me
queda ya,
sino
esperar albores?
Si los mismos pájaros que ayer rondaban
están hoy inusualmente pródigos.
¿Qué más, al sentir todo cumplido,
sino un preludio de lo eterno?
Si afines soles a los que antes relumbraban,
lucen hoy tan privativos.
¿Qué podría ya esperar,
si me consiente tanto el horizonte?
Sé que no se forman vientos
soplando hacia los cielos.
Ni se hacen mares ni ríos
llorando lágrimas.
Ni crecen bosques o montes
confiando ramas a la tierra.
Mas...
Sin la impotencia funcional del alma
-donde suelen sucumbir los hombres-
caminar inclaudicantes viendo el rumbo,
aunque se crea éste perdido,
logrará salvar caminos que separan
desdichas continuas de dichas vividas...
indefinidamente.
Publicado en mi libro "De sentire y sentires". 2008
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar"¿Qué podría ya esperar,
ResponderBorrarsi me consiente tanto el horizonte?"
Profundo interrogante con alentadora respuesta que anima este magnífico poema
Muchas gracias, poeta amiga!
ResponderBorrarquiero aprovechar para preguntarte si marimar20000@yahoo.com.ar sigue siendo tu correo pues te envié algo importante para mí y el correo ni me fue devuelto por direccion incorresta ni tuvo respuesta de tu parte.
Todo mi afecto.