Te
ansiamos, “Impenetrable”.
Madera
indígena que te hiciste monte
con
dosis de misterios en tu atracción ignota
y en tu
reserva fugaz de fantasías.
Alguna
vez osamos por impulsos
adentrarnos
en ti por algún hueco
y las
marcas de tus talas nos hollaron
y nos
tembló la leyenda de tus molles.
Tu
sombra nos marcó ardientemente
y tu silencio, cercano al cielo y lejos de lo
humano
nos
llevó a espacios de leyendas.
Desde tu
alto, el eco del río parecía campanario
en coros
murmurantes y asomados a vacíos
nos
templamos en la plenitud de la vivencia
que nos
colmaba de aventuras.
De a
pie, sólo de a pie, pues jamás pudimos
adentrarnos
a caballo, tocamos tu ser
y te
sacamos parte de tu vida...
y la
hicimos nuestra.
Publicado en mi libro "De sentires y sentires". 2008
Y te voy a comentar, que mi padre JUSTO ADOLFO TESSIO, se adentró en su juventud a enfrentarse con el monte y las lagunas, vivió y convivió con la naturaleza pura. Tengo sus fotos, medio desnudo y con un machete en la cintura.
ResponderBorrarEn los alrededores, están todavía los Tobas, peleando por sus tierras. Tu poema me hace ver su figura ,joven y fuerte, casi desafiante. Siempre me aparecen figuras en estos poemas. Gracias.