Como
alondra que vaga en los caminos
-errante como el viento sin destino-
es vivir entre enigmas y verdades
siendo nómada en mi estancia.
Con lo visible detrás de lo velado
o aquello que velado
se encuentra en los
entornos,
se abren más mis arrugas del semblante
incompetente para descubrirlo.
Quisiera que muchos besos,
besos claros, besos limpios,
cubrieran mis ojos
para poder abrirlos.
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