A través de mis
pupilas, aún vivas,
reveo quién soy y
entierro fallos
en la misma tierra
que albergó
algún tiempo mis rodillas dobladas.
Quiero pasar
inadvertido
-ya que sabes mis
secretos-
y vivir lo feliz en
permanencia
y no instantes de gloria que
declinan.
Exhumo para ti de mi
sueño primitivo
-sabiendo que me
estás mirando-
llanuras tiernas
para que recorras
al salir de tus
estados incoloros
buscando en el
cristal de las alturas.
Tal vez en nuestras
formas
-tan diferentes, tan
iguales-
podamos abrir las
puertas
a la placidez
definitiva.
Publicado en mi libro "De sentires y sentires". 2008
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