Hazme un poema –dijo-
y tembló el poeta.
¿Que no sabes de lluvias y aguaceros
que caen donde sobra lo mojado
y sequías impávidas y sordas
ante voces que todo lo imploran?
¿Qué puede decirte el poeta,
el poeta ignoto?
¿Qué, el poeta de vuelos y de sueños,
excedido por sus sentimientos?
¿Tal vez anhelos? ¿Tal vez afanes?
Abrazado por ese remolino
-ímpetu indomable-
que subyuga al ser y al alma,
sólo deja correr lo que siente
y anhela... sólo anhela...
Sentirse observado aun sin ser mirado,
sentirse amado aun sin cercanías,
en todo lugar y todo tiempo
sentir que nada existe
sin su pobre y sedienta compañía.
Hazme un poema –dijo-
y tembló el poeta...
siempre frágil, siempre expuesto.
Publicado en mi libro "De sentire y senttires". 2008
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